sábado, 22 de agosto de 2009

Muerte

Te veo en ese hombre, grande, genuino, que refleja mi simplicidad, que me agrada sin conocerle, que parece que a el como a mi, no le interesa lo vano y sin sentido de este estupido mundo vicioso. Te veo en sus ojos hinchados de llorar mientras nadie mira, en su garganta que parece tragar mas de su capacidad, en su mueca que imita una sonrisa, en su actitud que busca empatia, en su lucha constante y agotadora por no llorar, porque somos hombres, porque esto es natural... pero es imposible, y su voz suelta sollozos detonados por recuerdos.

Te veo en la cara de la abuela, lagrimas que parecen dibujadas, llenando cada espacio de la redondez de sus lindos ojos, invitan a soltar una lagrima solo de mirar con cada parpadeo como explota un rio mas que muere en una arruga limpiada con avidez. Te veo en su cara inexpresiva recordando y
preguntandose que paso. En su fe aferrandose al escapulario simple como debe ser sin oro ni brillo alguno, aferrandose a la esperanza que parece acabarse, pidiendo consuelo que parece no llegar, tratando de respirar este aire grueso y pesado que yo puedo sentir, saboreo y comparto con cada suspiro que ella suelta.

Te veo caminar por este salon escogiendo la siguiente victima. Veo que ya te llevaste a la mitad de los asistentes, con sus ojos muertos, su acento falso, su conversacion vacia, su cuerpo sin alma que lanza risas sin corazon, señoras dando un pesame que parece discurso de estadista con contenido para los de su clase de falsos vacios muertos, pero yo solo escucho tus pasos muerte con cada palabra ensayada que articulan.

Pero muerte, a mi no me llevaste? Estoy muerto yo tambien? ¿Mi conversacion y mi historia es de un muerto? O de un vivo sin vida que quiere vivir? Mejor llevame y acabemos este absurdo.

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